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Cerco alrededor del noveno planeta…   1 comment

Una de las ‘no-noticias’ más destacadas del año pasado fue el renovado interés por la búsqueda de un hipotético noveno planeta en el exterior del sistema solar gracias al análisis de las órbitas de varios objetos transneptunianos realizado por Konstantin Batygin y Mike Brown. Los dos investigadores se dieron cuenta de que muchos objetos del cinturón de Kuiper exhibían un perihelio —el punto más cercano al Sol— más o menos situado en la misma región del espacio y un argumento de perihelio similar. Esta acumulación de órbitas se podía explicar por la presencia de una supertierra o un minineptuno de diez masas terrestres situado en una órbita muy elíptica con un semieje mayor de 700 unidades astronómicas (UA), es decir, 105 mil millones de kilómetros. La órbita de este noveno planeta estaría orientada al contrario que la de los objetos que supuestamente perturba.

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Simulación de la órbita del noveno planeta teniendo en cuenta las resonancias con varios TNOs (Sarah Millholland y Gregory Laughlin).

Es importante recordar que Batygin y Brown no fueron los primeros en proponer un noveno planeta lejos del Sol que se dedica a fastidiar a los objetos transneptunianos. Unos años antes Scott Sheppard, Chadwick Trujillo y Carlos y Raúl de la Fuente Marcos ya propusieron por separado la existencia de una supertierra con el objetivo de aclarar el misterio de las órbitas tan extrañas de algunos transneptunianos. Pero el modelo de Batygin y Brown ha otorgado más credibilidad a la hipótesis del noveno planeta y, lo más importante, ha permitido acotar las zonas del cielo en las que se podría encontrar. Un año después, ¿cómo va la búsqueda?

Pues sigue vivita y coleando. Durante este año varios investigadores, incluyendo a Brown, han comenzado a buscar el nuevo planeta, aunque por ahora parece que sin resultados. Por otro lado, a lo largo de estos meses se ha propuesto que el planeta nueve sería también el responsable de las extrañas órbitas de Niku (2011 KT19), Drac (2008 KV42) y otros objetos similares, todos ellos con órbitas muy inclinadas con respecto a la eclíptica y, en ocasiones, retrógradas. Eso sí, la sonda Cassini no ha logrado detectar la aceleración gravitatoria que el noveno planeta debería causar sobre Saturno, lo que pone un límite importante a su masa y/o su distancia (si el planeta está situado en dirección a Saturno, el gigante anillado debería sentir una aceleración un 2% superior a la que experimentaría la Tierra). Es decir, Cassini nos está chivando que el planeta nueve, o bien tiene menos de diez masas terrestres, o bien está situado como mínimo a mil unidades astronómicas —150 mil millones de kilómetros (!)—.

Posible aspecto del noveno planeta (Caltech).
Posible aspecto del noveno planeta (Caltech).

En un nuevo paper Sarah Millholland y Gregory Laughlin han intentado acotar un poco más la posición de nuestro planeta misterioso a través de las resonancias que pudiera tener con otros cuerpos transneptunianos. Para que nos hagamos una idea, es lo mismo que ocurre entre muchos objetos del cinturón de Kuiper y Neptuno. Por ejemplo, Plutón está en una resonancia 3:2 con Neptuno, es decir, por cada tres órbitas de Neptuno, Plutón describe dos. Si no pudiésemos ver Neptuno, seríamos capaces de deducir su existencia estudiando las resonancias de los objetos perturbados por el gigante de hielo. Y usando esta novedosa aproximación al problema, los autores han concluido que Sedna estaría en una resonancia 3:2 con el nuevo planeta, mientras otros objetos transneptunianos estarían en resonancias 5:1, 4:1 o 3:1.

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Posible composición del planeta suponiendo que sea un minineptuno (University of Bern).

Lo fascinante de esta hipótesis es que estas resonancias cuadran con la presencia de un objeto situado en una órbita con un periodo de 16.725 años (!!) y una distancia de 954 unidades astronómicas, datos que encajan casi como un guante con otras predicciones previas. Los dos investigadores han calculado de que existe un 98% de probabilidades de que estas resonancias sean reales y no un simple objeto del azar. La masa del planeta estaría entre seis y doce veces la de la Tierra. De paso, han calculado la posición en el cielo en la que debería encontrarse: entre 20º y -20º de declinación y 30º y 50º de ascensión recta.

Posible posición en el cielo del noveno planeta: se encontraría donde están la mayor parte de puntos negros
Posible posición en el cielo del noveno planeta: se encontraría donde están la mayor parte de puntos negros (Sarah Millholland y Gregory Laughlin).

Las malas noticias son que se trata de una zona enorme. Si el planeta existe realmente tendría una magnitud de 23 —extremadamente débil— al hallarse cerca de su afelio. Además, la hipótesis de la resonancia solo explica las órbitas de algunos transneptunianos. Habrá qué ver si se ajusta a otros (desgraciadamente, la incertidumbre en la órbita de muchos de estos cuerpos es muy grande), sobre todo a los que se vayan descubriendo. .

El el caso de que realmente el noveno planeta esté allá fuera cuesta imaginar cómo podría ser un mundo tan extraño. Más grande que la Tierra, pero menos que Neptuno. Situado en el extrarradio del sistema solar allí donde el Sol es solo una estrella un poco más brillante que el resto, con una temperatura de apenas 40º por encima del cero absoluto. No sabemos qué características tendría, pero los modelos indican que su atmósfera estaría compuesta por hidrógeno y helio. Quizás tendría nubes de metano, por lo que sería más brillante que Neptuno a esa distancia. ¿Realmente hay un nuevo mundo esperando ser descubierto o solo es un constructo matemático? Si es así, puede que pronto salgamos de dudas. Mientras, siempre puedes jugar con esta simulación en tres dimensiones de su órbita.

Publicado enero 26, 2017 por astroblogspain en Uncategorized