Archivo para septiembre 2015

UNA PIRAMIDE EN CERES…..?………….EL MISTERIOSO   Leave a comment

Ceres es el más pequeño de los planetas enanos dentro del sistema solar. Se ubica entre las órbitas de Marte y Júpiter. Fue descubierto el 1 de enero de 1801 por Giuseppe Piazzi y recibe su nombre en honor a la diosa romana de la agricultura, las cosechas y la fecundidad, Ceres.

Inicialmente se lo consideró como un cometa, luego como un planeta, y posteriormente fue considerado el mayor asteroide descubierto por el hombre, hasta la creación de la categoría de «planeta enano», en 2006.

Este planeta enano contiene aproximadamente la tercera parte de la masa total del cinturón de asteroides, siendo el mayor de todos los cuerpos de dicho grupo.

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Descubrimiento
Descubridor Giuseppe Piazzi
Fecha 1 de enero de 1801
Lugar Palermo
Designaciones 1943 XB, A899 OF
Categoría Planeta enano
Elementos orbitales
Longitud del nodo ascendente 80,33°
Inclinación 10,59°
Argumento del periastro 72,52°
Semieje mayor 2,768 ua
Excentricidad 0,07582
Anomalía media 95,99°
Elementos orbitales derivados
Época 2457000.5 (2014-Dec-09.0) TDB[1]
Periastro o perihelio 2,558 ua
Apoastro o afelio 2,977 ua
Período orbital sideral 1682 días
Velocidad orbital media 17,882 km/s
Radio orbital medio 2,76636 UA
Características físicas
Masa 9,43±0,07 × 1020 kg[2] [3]
9,47±?[4]
Dimensiones 974,6 x 909,4 km
Densidad 2,077±0,036 g/cm³[5]
2,09±?[4]
Área de superficie 2 850 000 km²
Diámetro 952,4 km
Gravedad 0,28 m/s2[4]
0,029 g
Velocidad de escape 0,51 km/s
Periodo de rotación 9,074 horas
Inclinación axial ≈ 3°[5]
Clase espectral
Tholen G
SMASSII C
Magnitud absoluta 3,34
Albedo 0,09
Características atmosféricas
Temperatura
Media ≈ 168 K[6]
Máxima 235 K (-38° C)
Cuerpo celeste

La idea de que un planeta frío desconocido existiera entre las órbitas de Marte y Júpiter fue sugerida por Johann Elert Bode en 1768. Sus consideraciones se basaban en la Ley de Titius-Bode, una teoría propuesta por Johann Daniel Titius en 1766. De acuerdo con esta ley, la distancia al Sol de este planeta era de unos 2,8 UA. El descubrimiento por William Herschel de Urano en 1781 incrementó la creencia en la ley de Titius-Bode. En el congreso astronómico que tuvo lugar en Gotha, Alemania, en 1796, el francés Joseph Lalande recomendó su búsqueda. Entre cinco grupos de astrónomos se repartieron el zodíaco en la búsqueda del quinto planeta y en 1800, veinticuatro astrónomos expertos, combinaron sus esfuerzos y comenzaron una búsqueda metódica del planeta propuesto. El proyecto fue encabezado por Franz Xaver von Zach. Si bien no encontraron a Ceres, sí que descubrieron grandes asteroides.

Finalmente, Ceres fue descubierto el 1 de enero de 1801 desde un observatorio en Palermo (Italia) por Giuseppe Piazzi (1746-1826), sacerdote católico y educador, mientras trabajaba en la compilación de un catálogo estelar. El día 3 de enero el cuerpo se había desplazado un tercio de luna hacia el oeste. Hasta el 24 de enero no publicó su descubrimiento creyendo que se trataba de un cometa.

El objeto fue cautamente anunciado por su descubridor en un primer momento como un cometa sin nebulosidad más que como un nuevo planeta.

Si bien Ceres fue considerado demasiado pequeño para ser un verdadero planeta y las primeras medidas presentaban un diámetro de 480 km, permaneció listado como planeta en libros y tablas astronómicas durante más de medio siglo, hasta la década de 1850, antes de que se encontraran otros muchos objetos similares en la misma región espacial. Ceres y ese grupo de cuerpos fueron denominados cinturón de asteroides. Muchos científicos imaginaron que serían los vestigios finales de un antiguo planeta destruido llamado Faetón, si bien actualmente se cree que el cinturón es un planeta en construcción y que nunca completó su formación.

El elemento químico cerio (número atómico 58) fue descubierto en 1803 y tomó su nombre del planeta enano, que se había encontrado dos años antes.

En 1801, varios meses después del descubrimiento del «planeta enano», el conocido filósofo alemán Hegel publicó su tesis de habilitación De orbitis planetarum, en la que describía que el Sistema Solar solo podía tener siete planetas, lo cual contradecía la existencia de Ceres.

Tiene un diámetro de 950 × 932 km y una superficie de 2 800 000 km², encontrándose situado en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Como comparación, su superficie es equivalente a la de Argentina.

Los indicios sugerían también que podría tener agua en forma de escarcha en su superficie y una gruesa capa de hielo sobre un núcleo rocoso. En 2014 se publicó la confirmación de que Ceres contiene agua en abundancia, expulsando al espacio hasta 6 kilos de vapor por segundo. El hallazgo fue realizado por investigadores de la Agencia Espacial Europea y la Universidad de Florida Central ayudándose del telescopio espacial Herschel.

En el pasado, Ceres era considerado como el mayor de una familia de asteroides (un grupo de elementos orbitales similares), pero estudios avanzados han mostrado que Ceres tiene unas propiedades espectrales diferentes de las de los otros miembros de la familia, y ahora este grupo es denominado como «familia de Gefion», nombrado con respecto al asteroide Gefion, siendo Ceres un accidental compañero sin un origen en común.

Ceres en comparación con la Tierra y la Luna…

Ceres sigue una órbita entre Marte y Júpiter, en medio del cinturón de asteroides, con un periodo de 4,6 años. La órbita está moderadamente inclinada (i=10.6° comparada con los 7° de Mercurio y los 17° de Plutón) y moderadamente excéntrica (e’-.m.’=0.08° comparada con los 0.09° de Marte).

La imagen de la derecha ilustra las órbitas de Ceres (azul) y las de otros planetas (blanco/gris). Los segmentos de las órbitas por debajo de la eclíptica están en colores oscuros, y el signo (+) en naranja ubica al Sol. El diagrama superior izquierdo es una vista polar que muestra la localización de Ceres entre Marte y Júpiter. El diagrama superior derecho es una cercana demostración de las localizaciones del perihelio (q) y del afelio (Q) de Ceres y Marte. El perihelio de Marte está en oposición al Sol desde el de Ceres y de muchos de los grandes asteroides del cinturón de asteroides, incluyendo a Palas Higia. El diagrama inferior es una vista en perspectiva mostrando la inclinación de la órbita de Ceres comparada con las de Marte y Júpiter.

La NASA ha lanzado una misión llamada Dawn (en inglés, amanecer) para visitar Ceres y el asteroide Vesta. Fue lanzada el 27 de septiembre de 2007. Entró en la órbita de Vesta en julio de 2011, y lo observó durante poco más de un año. En septiembre de 2012 Dawn abandonó Vesta y tras un viaje de tres años, en marzo de 2015, llegó a Ceres, convirtiéndose así en la primera misión de exploración a un planeta enano, por delante de la misión New Horizons a Plutón.

La Agencia Espacial China tiene entre sus proyectos el lanzamiento de una sonda a Ceres, que regresaría con muestras, pero la misión está prevista para la década de 2020

Hasta aquí todo normal, hasta que surgio la noticia……..

La montaña en forma de pirámide, las manchas blancas y otros misterios de Ceres

 28 jun 15

Ceres está demostrando ser un lobo disfrazado de cordero. Bajo una apariencia engañosamente anodina que recuerda a la Luna por su elevado número de cráteres, el mayor asteroide del sistema solar esconde una serie de misterios a la espera de una explicación. A las ya famosas manchas blancas que salpican su paisaje hemos de sumarle varias estructuras geológicas extrañas, entre las que destaca una montaña muy llamativa con una forma que recuerda vagamente a una pirámide irregular.

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Imagen del 14 de junio donde se ve el monte piramidal de 5 km de altura en el borde del disco de Ceres. La imagen se tomó desde una órbita de 4400 km de altura (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).

La última vez que hablamos de la sonda Dawn fue a mediados de mayo, cuando la nave había abandonado la órbita RC3 de 13 500 kilómetros de altura para dirigirse a la órbita segunda órbita de cartografiado -también denominada survey– a 4400 kilómetros de distancia. Recordemos que de aquí a diciembre Dawn se aproximará progresivamente al asteroide trazando órbitas cada vez más cercanas. El 8 de mayo la sonda finalizó su primera campaña de cartografiado de Ceres desde RC3 y al día siguiente encendió sus motores iónicos para reducir su altitud para poner rumbo hacia la la órbita survey. Dawn solamente completó una órbita alrededor de Ceres en RC3, puesto que a la altura de esa órbita la sonda tardaba 15 días en dar una vuelta alrededor del planeta enano a una velocidad de 250 km/h.

Trayectoria en espiral de Dawn desde la órbita RC3 hasta la órbita survey (NASA).
Trayectoria en espiral de Dawn desde la órbita RC3 hasta la órbita survey (NASA).
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Imagen del creciente de Ceres tomada entre el 24 y el 26 de abril a 13600 km de distancia (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).

La transición entre la elevada órbita RC3 y la segunda órbita científica llevó varias semanas y el 15 de mayo la sonda todavía estaba a 7700 kilómetros de altura. Durante el descenso hasta la nueva órbita, Dawn paró sus motores en varias ocasiones para tomar fotos de Ceres y refinar su trayectoria -la configuración de la sonda impide que la nave pueda llevar a cabo las dos tareas al mismo tiempo- durante las campañas de navegación OpNav 8 y OpNav 9. Puesto que el asteroide visto desde la sonda ya ocupaba la mayor parte del cielo, el equipo de navegación dejó de usar la posición de las estrellas situadas detrás del disco de Ceres para calcular la trayectoria y pasó a usar las propias referencias geográficas del planeta enano.

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Imagen del 16 de mayo donde se aprecian las misteriosas manchas blancas del grupo Mancha 5 (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
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Animación del grupo principal de manchas blancas (Mancha 5) a finales de mayo (usuario ZLD/unmannedspaceflight.com).
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Imagen del 22 de mayo a 5100 km de distancia y una resolución de 480 m/píxel. Atención a las pequeñas manchas blancas (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).

El 17 y 18 de mayo la sonda alcanzó los 7100 kilómetros de altura, aunque en los días posteriores subió hasta los 8300 kilómetros mientras ajustaba sus parámetros orbitales. El 22 de mayo la sonda estaba a 5000 kilómetros y luego volvió a ascender hasta los 6700 kilómetros el 24 de mayo. El 27 de mayo Dawn llegó a los 4100 kilómetros, para subir a continuación hasta los 5500 kilómetros al día siguiente. Por fin, el 3 de junio alcanzó la órbita survey de 4400 kilómetros de altura. Moviéndose a 408 km/h, el periodo de la nueva órbita era de 3,1 días. Dos días después comenzaron las observaciones científicas. Al trazar una órbita polar, la sonda toma imágenes mientras sobrevuela el lado diurno y se dedica a enviar los datos a la Tierra durante su paso por el hemisferio nocturno. Durante esta fase el equipo de la sonda pudo estudiar con más detalle unas curiosas estructuras lineales que se pensaba que podrían ser algún tipo de grieta o falla. Ahora sabemos que en realidad son cadenas de cráteres secundarios, es decir, vestigios de antiguos impactos. Este tipo de estructuras es muy común en los satélites helados de Júpiter y Saturno, pero no con la densidad que vemos en Ceres. Otro misterio más que nos obsequia el planeta enano.

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Imagen del 23 de mayo a 5100 km de distancia en la que se aprecia el grupo de manchas blancas principales, así como una serie de cráteres secundarios en línea provenientes de antiguos impactos (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
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Detalle de las cadenas de cráteres secundarios de la imagen anterior, tomada el 23 de mayo. La resolución es de 480 metros por píxel (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
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Imagen del 20 de mayo de las manchas blancas principales o ‘Mancha 5′ (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).

Aprovechando la llegada a su segunda órbita de trabajo, el equipo comenzó a realizar las acciones necesarias para prolongar la vida útil de los dos volantes de inercia que todavía tiene la nave -los otros dos dejaron de funcionar antes de tiempo-. A pesar de que la sonda es capaz de completar sus tareas sin la ayuda de ningún volante, su buen funcionamiento ayudaría a aumentar la duración de la misión puesto que la nave requeriría un menor consumo de hidrazina. El 15 de junio, durante la cuarta revolución en la segunda órbita de trabajo, el ordenador del espectrómetro infrarrojo VIR detectó una anomalía y dejó de funcionar. En 2011 la sonda había experimentado los mismos problemas durante el estudio del asteroide Vesta. Después de concluir que el error se debía al impacto casual de un rayo cósmico energético, el equipo de la misión volvió a encender el instrumento sin problemas. Precisamente, este instrumento será clave para determinar la composición de la superficie de Ceres y, en concreto, de las extrañas manchas blancas.

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Imagen del 16 de mayo del instrumento VIR. Arriba imagen en blanco y negro, en medio imagen en falso color y abajo imagen infrarroja. Fue tomada a una altura de 7300 km con una resolución de 1,8 km/píxel (NASA/JPL-Caltech/UCLA).

El 27 de junio la sonda dio por finalizado su trabajo en la segunda órbita de cartografiado y comenzó los preparativos para descender hasta la tercera órbita de trabajo o HAMO, situada a 1470 kilómetros de altura. Dawn alcanzará esta órbita a principios de agosto y permanecerá allí hasta mediados de octubre, cuando se dirigirá a la órbita LAMO, la última planeada para la misión.

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Imagen del 6 de junio donde se aprecian diversas estructuras geológicas (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Curioso cráter repleto de estructuras geológicas (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Curioso cuenca de impacto con pico central repleto de estructuras geológicas (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
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Otra imagen del 6 de junio donde se aprecia el terreno densamente cubierto de cráteres del hemisferio norte de Ceres (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Imagen del polo norte de Ceres (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Imagen del polo norte de Ceres (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
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Otra imagen del 6 de junio donde se aprecia la tortuosa superficie de Ceres (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Otros cráteres con manchas blancas vistos por Dawn el 9 de junio (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Otros cráteres con manchas blancas vistos por Dawn el 9 de junio (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).

Desde la órbita survey Dawn nos ha mostrado un Ceres complejo con estructuras sumamente extrañas. Además de las largas cadenas de cráteres de impacto y el grupo principal de manchas blancas (conocido como ‘Mancha 5′), la sonda ha confirmado la existencia de otras manchas blancas repartidas por toda la superficie, así como numerosas grietas. Pero sin duda la estrella de esta fase ha sido la observación en detalle de la ‘pirámide de Ceres’, un monte de cinco kilómetros de altura con una curiosa forma piramidal -al menos así la han definido los medios- que es al mismo tiempo la montaña más alta del planeta enano.

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Las misteriosas manchas blancas de Ceres en una imagen del 6 de junio desde la órbita survey. Atención a las numerosas cadenas de cráteres que recorren la zona. La imagen se tomó a 4400 km de altura y con una resolución de 410 m/píxel (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
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Animación de finales de mayo donde se ve la montaña piramidal de Ceres. La zona está cubierta por numerosas manchas blancas (ZLD/Unmannedspaceflight.com).
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Imagen del 6 de junio donde se ve el monte piramidal de 5 km de altura (arriba, a la derecha). La imagen se tomó desde la órbita survey a 4400 km de altura (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
La montaña de Ceres en un detalle de una imagen del 14 de junio ().
La montaña de Ceres destaca en el limbo en un detalle de una imagen del 14 de junio (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
La montaña en mayor detalle (Ron Baalke/NASA).
La montaña en mayor detalle (Ron Baalke/NASA).

La naturaleza de esta montaña es un enigma y resulta doblemente llamativa debido a la presencia en sus laderas de material de color claro, probablemente similar al que forma las manchas blancas. De hecho, la zona alrededor de la montaña destaca por la presencia de varias de estas manchas. ¿Estamos ante un volcán, o quizás se trata de un montículo de hielo? Por ahora nadie lo sabe. Normalmente, las montañas de este tipo aparecen asociadas a cráteres u otras estructuras geológicas, pero no es el caso de este monte. En cuanto a la naturaleza de las manchas, sigue siendo otro misterio, pero las hipótesis favoritas son las mismas que teníamos desde el inicio de la misión, es decir, que son depósitos de hielos o sales (o una combinación de ambos). Por ahora el equipo de Dawn ha identificado hasta ocho grupos de manchas, aunque el más importante y brillante sigue siendo el que se halla dentro de un cráter de 90 kilómetros de diámetro, denominado ‘Mancha 5′, y que tiene una extensión de casi nueve kilómetros.

Algunos grupos de manchas aparecen claramente asociados a cráteres de impacto, por lo que seguramente se trate de hielo de la corteza expuesto por la violencia del choque o bien depósitos de sales dejados atrás por este hielo al sublimarse. Otras manchas, como es el caso del grupo principal o de las asociadas a la montaña, podrían tener un origen más exótico relacionado con fenómenos de criovulcanismo. Es decir, podrían ser el resultado de ‘erupciones’ de agua provenientes de un hipotético océano subterráneo. Recordemos que Ceres está formado por hielo de agua -en un 25%- y roca, mientras que su superficie está cubierta por una capa de polvo y sustancias orgánicas espesor desconocido, pero los investigadores no descartan que Ceres posea un manto de agua líquida. Ni que decir tiene, esta última hipótesis es ciertamente la más fascinante.

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Imagen del grupo Mancha 5 del 9 de junio a 4400 km de distancia (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Detalle de la imagen anterior ().
Detalle de la imagen anterior (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
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Otro grupo de manchas blancas conocido como ‘Mancha Número 1′ (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Mapa de Ceres donde se ven los principales grupos de manchas blancas (unmannedspaceflight.com).
Mapa de Ceres donde se ven los principales grupos de manchas blancas (unmannedspaceflight.com).

A medida que Dawn orbite más cerca de Ceres sus imágenes irán aumentando de resolución y muy pronto sabremos si Ceres es un mundo activo con criovolcanes. Mientras tanto, hagan sus apuestas.

La hipótesis Faetón ……

De acuerdo con la ahora descartada ley de Titius-Bode, se suponía que existía un planeta entre Marte y Júpiter. El propio Johann Elert Bode impulsó la búsqueda del quinto planeta. Cuando Ceres, el mayor de los asteroides del cinturón (ahora considerado un planeta enano) fue descubierto en 1801 en la posición predicha, muchos creyeron que era el planeta perdido. Pero en 1802 el astrónomoHeinrich Wilhelm Matthäus Olbers descubrió y nombró otro objeto en la misma órbita general, el asteroide Palas.

Olbers propuso que estos nuevos descubrimientos eran fragmentos de un planeta abortado que originalmente giraba en torno al Sol. También predijo que más de esas piezas serían encontradas. El descubrimiento del asteroide Juno por Karl Ludwig Harding y de Vesta por Olbers apuntaló la hipótesis de Olbers.

Las teorías relacionadas con la formación del cinturón de asteroides a partir de la destrucción de un hipotético quinto planeta son llamadas colectivamente en la actualidad como «teoría de la disrupción». Esta teoría indica que en algún momento hubo un miembro planetario mayor del sistema solar circulando en el hueco actual entre Marte y Júpiter, el cual fue destruido cuando:

  • se acercó demasiado a Júpiter y fue despedazado por la potente gravedad del gigante gaseoso.
  • fue golpeado por otro cuerpo celestial grande.
  • fue destruido por una hipotética enana marrón, la estrella compañera del Sol conocida como Némesis.
  • fue destruido por alguna catástrofe interna.

En el siglo XX, el estudioso de los meteoritos rusoYevgeny Leonidovich Krinov (involucrado en la investigación del evento de Tunguska) sugirió que el planeta explotado en la teoría de Olbers fuera llamado Faetón por el mito griego.

Hoy, la hipótesis Faetón ha quedado obsoleta por el modelo de acrecimiento. La mayoría de astrónomos hoy en día creen que los asteroides en el cinturón principal son los restos del disco protoplanetario y que en esta región, la incorporación de restos protoplanetarios en los planetas fue impedido por las grandes perturbaciones gravitacionales inducidas por Júpiter durante el período formativo del sistema solar.

A pesar de ello, la hipótesis continúa siendo defendida por algunos no-científicos. Un proponente notable es Zecharia Sitchin, que ha propuesto, basándose en las lecturas de antiguas mitologías sumerias, que el planeta conocido por los sumerios como Tiamat fue destruido por un planeta interestelar conocido como Nibiru. Aun así, su trabajo es considerado mayoritariamente como pseudociencia.

En 1972, los estudios Soyuzmultfilm produjeron un cortometraje de animación titulado Faetón: el hijo del Sol (Фаэтон – Сын Солнца), dirigido por Vasíliy Ivánov (Василий Ливанов, n. 1935), en el que se trata el tema del cinturón de asteroides como resto de un planeta.]

En 1988, Donald W. Patten escribió un libro llamado Catastrofismo y el Viejo Testamento esbozando la teoría de que un planeta, al que llamó Astra, rebasó a Marte y, al alcanzar el límite de Roche, se rompió aproximadamente como el cometa Shoemaker-Levy 9 lo hizo cuando llegó al límite de Roche en 1994.

En fuentes relacionadas con los OVNIs y con médiums, Faetón es también conocido como «Maldek

Faetón ….

En breve…..mas………

Publicado septiembre 15, 2015 por astroblogspain en Uncategorized